
Tuvimos la oportunidad de viajar a Arlington Virginia, y regresar otra vez a visitar a nuestro hijo que estudia en la Universidad católica de Marymount. Mientras él estaba ocupado haciendo sus tareas y estudiando, me fui con mi esposa a pasear por gran parte de la ciudad.
Pero mientras estábamos recorriendo el centro donde están las tiendas, los edificios históricos y del gobierno de lado de Washington DC, pudimos observar más de cerca los contrastes de nuestra sociedad.
A veces me pregunto y me quedo incomodo como es que nosotros estamos en medio, no somos ricos pero tampoco vivimos en la extrema pobreza, podemos decir que tenemos los suficiente para vivir, y podemos decir también que muchas de las cosas que hemos llegado alcanzar, las metas cumplidas, los sueños realizados han sido por una gran bendición, pero también realizados con pasión, lo que se ha logrado sin dañar a nadie, solo con nuestro esfuerzo y dedicación. En esas metas alcanzadas, se han cruzado mucha gente en nuestro camino que también nos han ayudado a alcanzar muchas bendiciones.
Pero, aunque puedo decir que por nuestros esfuerzos hemos llegado alcanzar lo que hemos buscado, no me siento conforme con esto, ya que veo las necesidades de otras personas, en muchos lugares a los que visito o tengo la oportunidad de viajar. Se también que no podemos cambiar al mundo por nuestra propia cuenta, pero lo que si podemos hacer es unirnos a diferentes causas que podamos ayudar a los que están más necesitados y no han tenido las mismas oportunidades que nosotros o quizá por que no se las han querido dar por su origen cultural, racial, porque anteponemos prejuicios sobre la gente. O tal vez porque ellos no han querido superarse o que quieren vivir ese estilo de vida.

Pueden ser muchas variables y circusntancias, pero no deja de sentirse un vacío por la impotencia de querer ayuda a más personas y sabes que se tienen limitaciones, por que no tenemos todos los recursos suficientes o simplemente porque quieres ayudar a todos los que están en desgracias.
De cualquier manera, si podemos hacer un cambio, empezando en nuestras familias, dando ese paso para disfrutarnos y siendo agradecidos por las bendiciones que tenemos, siendo excelentes administradores de nuestros recursos materiales, nuestro tiempo en esta vida, vivir cada momento, compartiendo lo que podamos con los demás, cuidando nuestra familia y a nuestro projimo. También podemos enviar un mensaje de alegría, disfrutando que podamos ser mejores, que no desperdiciemos la comida, que seamos justos, respetuosos, y alegres.
Necesitamos ser un contraste de la sociedad, tenemos que ser los que iluminamos, damos ánimos, que somos testigos de la esperanza, que amamos, que repudiamos, la violencia, el abuso, el maltrato, la avaricia.
En las vacaciones con mi familia, miramos todo esto, recorrimos en carro, caminando y en bicicleta muchas áreas que presentan los contrates de una sociedad de consumo, donde la pobreza cae en muchas personas mientras otras se ven ensalzadas otras quedan abajo, donde estan las mayorías, sosteniendo las grandes riquezas de algunos.

Por eso si usted tiene la bendición de tener una vida holgada no olvidemos a los niños inmigrantes, a la gente mayor que se queda en los asilos, a los trabajadores de lugares peligros, a los que prestan servicios de emergencia, a los de primera necesidad, a los que trabajan tratando de llevar los alimentos a nuestras mesas. No olvidemos a las personas que viven en las calles y que no tienen nada. Todos tenemos la misma dignidad humana.
Les digo a nuestros hijos, que todo lo que han podido lograr, no solo viene de su propio esfuerzo esta bendición vienes desde sus abuelos, porque por ellos estamos aquí, que emigraron hace muchos años, que trabajaron muy duro en el campo recolectando productos agrícolas, que dieron su vida y su alma para dar los mejor a sus hijos e hijas y tener la familia que somos. Debemos de dar gracias por lo que hay atrás de cada uno de nuestros recorridos.
Ser agradecidos con Dios, agradecer a los que nos han compartido su vida por nosotros con su tiempo, su esfuerzo y su amor ya que por otros que nos han ayudado hemos alcanzado nuestras metas.
Ser agradecido, reír y dejar de preocuparme de mis cosas para preocuparme de las cosas de los demás, hacer reír a nuestra gente que tenemos alrededor, haciéndoles el día, con lo que tu quieras, un buen saludo, una sonrisa un pequeño regalo, lo que podamos, y así empezar a llenar esos vacíos que quedan en nuestro corazón, para que verdaderamente nuestros triunfos tengan un sabor de armonía y paz.
Dios los bendiga.
Comments