Lo que siembres a tus hijos es lo que cosecharas

Hoy en día de hoy en día donde la falta de atención a los valiosos detalles de la vida; los que verdaderamente son importantes, la buena convivencia y disfrutar lo mejor de cada miembro de la familia; nos debe responsabilizar mas para hacer un plan para lo que queremos de nuestras familias. Si queremos cosechar amor, gratitud, respeto, pues primero lo debemos sembrar.

Cuando nació nuestro primer hijo pensaba cuál es la formación y educación que le daríamos, donde queríamos estar para poder crecer con la familia; recuerdo muy bien que en sus primeros meses, vivimos en un barrio difícil; donde pagábamos un departamento muy barato; no teníamos suficiente dinero en ese momento y fue un riesgo el que tomamos; al pasar las semanas nos dimos cuenta que todos los días había un problema con la policía, había problemas entre vecinos, algunos casos eran con droga y alcohol. Olvide cuantas veces miramos situaciones desagradables y accidentes.

Era muy complejo vivir en ese barrio; ese complejo de departamentos no me dejo buenos recuerdos, pero pude aprender que es mejor superarse constantemente, no quedarte en el conformismo y lo fácil. Siempre miraba a mis hijos bebes, los besaba y los abrazaba, les decía que quiero lo mejor para ustedes. Soñaba con lo mejor para ellos que al menos no les faltara esperanza, amor de familia, educación y formación para ser excelentes personas.

Entonces un día dialogando con mi esposa, decidimos donde queríamos que crecieran nuestros hijos; algo así como donde “los sembraríamos” queríamos la mejor formación y convivir con otras familias para fortalecer el desarrollo de nuestros hijos; no queríamos caer en un estancamiento “buscar el terreno para sembrar” fue nuestra misión. El primer paso fue decidirnos en mejorar nuestros trabajos, crecer, superarnos aprendiendo más cosas, tomar cursos de educación para padres de familia. Buscamos vivir en un lugar diferente, aunque fuera más costoso; para alejarlos de un ambiente en el cual los pudiera influir de manera negativa. Ese lugar lo llamamos “tierra fértil” para sembrarles la semilla de la paz, del amor, de la esperanza, del esfuerzo, de tener metas. Buscamos una comunidad que fuera acorde a nuestros intereses, encontrado amigos y amistades que nos enriquecieran en nuestras jornadas cotidianas en nuestra familia.

Y esto tuvo efecto, aunque sabemos que nadie es perfecto o digámoslo de otra manera nuestros hijos no son perfectos, tienen sus carencias también, pero la decisión de buscar nuevos lugares para vivir nos permitió reducir en gran porcentaje las posibilidades de una mala influencia que no les permitirán crecer para su futuro, su toma de decisiones se fortaleció y aunque pueda cruzarse en su camino alguna mala influencia o adicción están preparados para no verse perdidos. Afortunadamente se pudo impulsar mucho su educación, el arte y el deporte, eso es una muy buena inversión que les evita caer y alejarlos de los vicios de drogas; sabemos que nos van a ser perfectos que se pueden llegar a equivocar, pero al menos tratamos de disminuir las posibilidades de malas influencias.

Después de varios años de haber dejado el barrio, nos dimos cuenta que no avanzado en mucho, se quedó estacado en el pasado e incluso los problemas son los mismos; no puedo adivinar qué hubiera pasado con mi familia en ese lugar, pero lo que si estoy seguro que la decisión que tomamos de sembrarles valores en otro ambiente tuvo sus resultados

Los “frutos” que se cosechan son de personas que guardan respeto y pasión por lo que hacen por ellos y por los demás. Esos frutos de la cosecha son parte de ser unos buenos ciudadanos, ser productivo y que aporten desarrollo en la sociedad donde viven.

Desde otro punto de vista, los padres de familia debemos de ver que participar en una cultura individualista no nos lleva por un buen camino, pero una cultura de comunidad, donde el grupo donde se desenvuelvan nuestros hijos ya como personas adultas debe ser un beneficio para la sociedad.

Nunca pensemos que el tiempo, recursos energía dinero y por supuesto nuestro cariño y amor por lo seres que amaos, sea para beneficiarnos en el futuro o cuando estemos viejos, esta inversión es para que ellos como hombres y mujeres de honor puedan aportar lo mejor de ellos mismos, su mejor versión para los demás, lo demás viene por añadidura. Así que si tienes ganas de salir a cenar en tu familia o hacer un viaje, eso los va a marcar para el resto de sus vidas como algo que disfrutaron con sus padres y que ellos también sembraran con sus hijos. Busca todas las oportunidades que desean hacer en unidad y familia.