Durante varios días, sentía que no me podía concentrar para escribir algo que valiera la pena, no quería publicar algo solo porque quiero poner algo más en las redes sociales. Tengo muchos documentos que puedo compartir, sin embargo, no todos son para publicarse de manera electrónica.
Varios pensamientos se cruzaron en mi cabeza. Por semanas me estuvo molestando lo que he visto y escuchado en la comunidad y en el mundo. Solo división, varios grupos sociales, defendiendo su propia verdad, después de meses de crisis sanitaria, hemos discutido si usamos cubre bocas o no, por citar algunos ejemplos de desacuerdos. Las escuelas poco a poco regresaron con las clases presenciales; ahora podemos ver tantos productos para limpieza y desinfectar nuestra manos y superficies. Pero aun no veo todavía ese cambio profundo que una sociedad debe tener, no veo esa armonía completa de sentir que todos estamos buscando un bien común total. Si nos hemos encerrado y cuidado por miedo que nos ha limitado en vez de impulsarnos para organizarnos mejor. Ahora pagamos las consecuencias de la falta de consenso, de dialogo para llegar acuerdos de como enfrentar este problema juntos. Nos falta dejar a un lado nuestras diferencias para concentrarnos en ser mejores, nos cuesta mucho asimilar los cambios y nos quedamos con lo que ya conocemos, se nos olvida buscar ser la mejor versión de nosotros mismos.
No estoy hablando de tener mejorar nuestra casa, la economía, acumular más cosas materiales, unas vacaciones después de pasar tanto encierro o cuarentena. La mejor versión de nosotros es desde el interior, de buscar ese cambio de ser mejor persona. Podemos pensar que la disciplina de hacer ejercicio y bajar de peso es un cambio saludable, claro que lo es, pero veamos más allá de eso, para que quieres ese cambio de tener una mejor condición física solo para sentirte mejor o para pensar en un mejor propósito aplicando esa mejor condición física para ayudarte y ayudar a los demás. Cuando practiquemos ser mejor personas que sea con un propósito claro.
Si no sabeos cuales son nuestras metas que realmente valgan la pena para esforzarse para iniciar el proceso de cumplirlas. Entonces busquemos quienes somos, que talentos tenemos cuales son nuestras habilidades, (todos tenemos algo que aportar durante nuestra vida) una vez que profundicemos todo esto entonces definiremos bien la meta para poder iniciar nuestro procesos para ser la mejor versión de uno mismo para que fluya lo mejor de ti y lo derrames a los demás, entonces así podremos saborear y gozar el ejercicio por la mañana, subir a una montaña, agradecer por las bendiciones de la vida, ir a trabajar para dar lo mejor de ti, entregando tu vida, donde tu nombre transcienda no en un libro de historia si no en tu acciones que marquen a otros para que ellos a su vez marquen también a otras personas y tengamos comunidades más fraternas y no divididas. Tal vez sea una utopía pensar que podemos tener una comunidad libre de pleitos políticos y religiosos, violencia, pánico, odios, rencores, drogas, secuestros, y todos los males actuales que solo nos dividen y nos distancian.
No tenemos que vivir en una burbuja, nuestra casa este mundo hay muchas cosas hermosas que hay que disfrutar, desde nuestras familias podemos impulsar esos cambios dejando lo que nos estorba para ser mejores. Cada uno ya tiene esas habilidades para hacerlo, solo a veces necesitamos que alguien nos diga que las tenemos. Muchas acciones malas pasan, porque la gente buena no hace nada.
Tenemos que buscar ser la mejor versión de cada uno de nosotros, empezando con las acciones más simples y sencillas que puedan parecer, da el ejemplo no esperemos que otros lo hagan, un saludo, unos buenos días, sonreír con tus ojos, levantarte con una bella melodía escuchado los pájaros por la mañana, mira tu alrededor y contémplalo, siente a tu familia y siéntete bendecido no por lo que tengas si no por lo que eres una hijo o hija de Dios.
Cada día por la mañana realiza este simple ejercicio no te compliques buscando rutinas o ejercicios complejos de meditación. Meditar es tan natural que hasta eso lo hemos vuelto complicado.
Solo desconéctate un rato de tus aparatos electrónicos, realiza una breve oración y ve contempla a Dios con toda su grandeza en la naturaleza, en los rostros de la gente, en la mañana y en el atardecer, practica el silencio entre 10 a 20 minutos, no hagas nada solo escúchalo en el silencio.
Deja descansar la mente para que de ahí donde hay ruido se presente la paz y surgirá lo mejor de ti para los demás.
Sigamos en la lucha de ser mejores y que nada te espante de este mundo caótico. Que tengas bendecidos momentos, disfrútalos.
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