El cañón del Antílope
- Jose Martinez
- Feb 17, 2020
- 3 min read

En este artículo quiero compartirles los momentos agradables que pasé con mi familia; tenía ya un tiempo sin escribir, tuve que someterme a una cirugía, pero aquí estamos siguiendo adelante y enfrentando los retos. En esta oportunidad decidimos irnos a Page Arizona un pequeño pueblo en tierra de la reservación Navajo. En este lugar se puede apreciar el Gran Cañón, pero hay otras aéreas que puedes ver ahí en este lugar, lo disfrutamos mucho, pero algo que mas me agrado fue el paseo en canoa por el Lago Powell. Siento que en ese momento del paseo me ayudo mucho espiritualmente; ya que el lugar ofrece apartarte del ruido de una ciudad grande con sus distracciones cotidianas, puedes sentir la paz, aun cuando la naturaleza pueda imponerse porque no deja de tener cierto grado de peligro, pero todo salió bien, muy buena aventura.
El cañón del antílope fue algo diferente, pudimos tocar las rocas que llevan ahí millones de años, pudimos entrar por las cuevas de esos cañones, ver todo eso te maravillas de la grandeza de este mundo creado por Dios. Nuestros hijos se sorprendieron, pensaron mientras llegábamos al hotel, que este paseo sería muy aburrido pero fue todo lo contrario, pude ver en sus caras su sorpresa en los acantilados y en los cañones. Vieron diferente este lugar y lo disfrutaron fue un regalo estar en familia.
Al retirarse de esta manera con unas vacaciones cortas, uno se puede renovar espiritualmente y físicamente, aunque después necesites unas “vacaciones de las vacaciones”. Pudimos enfrentar miedos e incertidumbre de vivir algo diferente. Si alguna vez tienen la oportunidad de ir ahí tengan cuidado de tomarse una fotografía cerca de la orilla del precipicio. Según nos dijeron los guías, han muerto personas al caerse por las piedras que son resbalosas o te puede dar un vértigo por la altura.
Vivimos algo de incertidumbre a la hora de remar en las canoas, pudimos hacer en 4 horas un paseo en el lago, pero los barcos grandes provocaban olas en el lago que te daba la sensación de que se voltearía la canoa, pero después ese miedo se aparto de nuestras mentes y seguimos nuestra aventura. Todo lo vivimos con alegría, gastamos mucha energía terminamos cansados estos días pero con la fortaleza para continuar y profundizar nuestra vida familiar acompañados con el amor de Dios. Les recomiendo que a donde puedan planear ir en vacaciones o solo quedarse en la ciudad, es muy importante disfrutar cada momento, se puede dialogar en la cena para poder profundizar el amor en la familia, para estar siempre unidos en la fe. Debemos profundizar nuestra fe con paseos sencillos donde “saboreemos” lo hermoso de convivir, dejemos a un lado las tecnologías por unos días y dediquemos tiempo a meditar, caminar, orar, revisar nuestra comunicación en familia, revisar nuestra relación con Dios, enriquecernos para crecer en familia viviendo al máximo cada momento.
Ver todos los matices de colores en el cañón me permitieron ver todas las maneras y formas que uno puede amar y entregarse a nuestros seres amados es lo mejor que podemos hacer, es hacer lo que Jesucristo nos ha enseñado. Les comparto la experiencia para que no olvidemos que la creación de Dios es maravillosa y que debemos de cuidar este mundo. Deja que Dios te seduzca con el aire, el agua de un lago, las rocas, el silencio, el colorido, etc. Veras que al hacerlo nos dejara algo tan grande (más que recuerdos), es un regalo de paz, de amor, compasión y caridad para la gente que amamos. Bendiciones
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