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El Amor 'salio pateado por la ventana"

Writer: Jose MartinezJose Martinez

La historia nos enseña que en diferentes épocas hemos pasado por situaciones adversas, difíciles y oscuras.


Photo by sergio omassi from Pexels


Sabemos que han existido guerras, epidemias, desastres naturales, etc. Pero hoy en día existe una guerra entre nosotros muy diferente. Es difícil de creer que hay tanta gente y familias enteras divididas por ideas que circulan en diferentes medios en este tiempo. Existen un sinnúmero de argumentos, desacuerdos y comentarios, donde el amor, “salió pateado por la ventana de nuestra vida cotidiana”. Ya no queremos desafiarnos nosotros mismos de profundizar nuestros pensamientos, nos gana nuestro orgullo y soberbia, creemos tener toda la verdad, que lo que pensamos está bien y el argumento de los demás está mal. Al extraño, el que no conocemos, lo etiquetamos como el “enemigo”.


Se han acumulado los problemas que se van generando al interior de las familias, los conflictos continúan porque no sabemos dialogar, no nos conocemos, nos hemos preguntado ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de algún miembro de nuestra familia? Al conocernos podemos eliminar las barreras que nos limitan de tener un buen dialogo; con paciencia, sabiduría y caridad para escucharnos. La lista de discusiones es muy larga, los desacuerdos son como una “competencia” de quien grita más.


Para alcanzar una verdadera paz y armonía, es necesario comprender que el otro es diferente, que la persona que es mi conyugue, o mis hijos, o mi familia, o una amistad, es diferente y que va a pensar diferente. ¿Qué es lo que nos va unir para poder llegar a los acuerdos? conociendo cuales son las cosas que nos unen, no nos debemos condenar a solo hablar de manera superficial de alguna idea o argumento que escuches fuera de tus propios pensamientos.


Una vez una persona me platicaba que sentía miedo cuando miraba y escuchaba ladrar un perro, le recordaba un episodio desagradable cuando le persiguió y lo mordió un perro. Creo un pensamiento de que todos los perros eran bravos y no le gustaban los animales. Escucho muchas cosas sobre las mordeduras, se hizo una idea negativa de los perros y se obsesiono por incluso ahuyentarlos y golpearlos. Platicando con esta persona le decía, “acaso conoces la conducta natural de un perro”. No estoy comparando a los animales con los humanos, sino mi punto es lo que llegamos hacer cuando nos obsesionamos y nos encerramos con nuestro sistema de creencias o ideologías. Continuando con la charla del perro, le pregunte ¿qué mal te pueden hacer los perros?, cierto te mordió uno, pero ¿acaso no aprendiste la lección?, si los tratas con amor, si lo alimentas, se acercará y no te morderá; al menos que se sienta inseguro. Al tiempo la persona cambio de actitud, ya tiene diferentes mascotas y supero su obsesión el miedo que le provocaban.


Nosotros los humanos nos complicamos nuestra existencia, damos por sentado una idea o damos por hecho lo que alguien nos dice, o leemos en una red social, sin hacer nuestra propia investigación formal, nos quedamos con lo superficial; perdón, pero eso no es suficiente para decir que tenemos un conocimiento claro sobre algo en particular para tomar una decisión, debemos de recurrir al experto en su oficio, o profesión.


A veces dejamos de hablar de ciertos temas por llevar la fiesta en paz, pero eso no ayuda para avanzar en los acuerdos; aunque el tema sea incomodo es necesario hablarlo.


Debemos de liberarnos y buscar que nuestros pensamientos sean profundos en nuestra vida cotidiana, no podemos quedarnos con ideas vagas, dichos, comentarios de reuniones. Tenemos que ser capaces que cada vez que estamos con una persona podamos disfrutarla, ver lo maravillosos del momento como una bendición y oportunidad de escuchar a otro ser humano, con sus experiencias, no importa su grado académico, si no la persona. Enriquecernos con lo que podamos escuchar y después profundizar.


Un día recibí una lección de un vagabundo en la calle, me dijo “tengo hambre”, en esa ocasión, traía algo en mis manos, y no digo esto para que piensen que soy un “santo”; sino compartirles que si podemos dejar atrás nuestros prejuicios anteponiendo el amor; con humildad vencerse uno mismo; mire sucio al vagabundo, confieso que me dio un poco de inseguridad y acercarme a él, pero en ese momento ocurrió algo dentro de mí, una paz y alegría de poder saciar su hambre, lo trate con dignidad y él se acercó y me ofreció su mano sucia en señal de agradeciendo. Mi lógica primero fue no saludarlo pues estaba sucio, sin embargo, venciendo mis pensamientos, tome su mano y lo salude, No fue mi acción la que me lleno de alergia, sino la lección que me dio la vida, ver en sus ojos sentir dignidad. Ese momento lo llevo en mi memoria, amar y dignificar a mi familia y mi comunidad. Predicar con el amor que debemos de amarnos y escucharnos. Disfrutando las experiencias y el universo de los pensamientos.


Dios los bendiga


Su hermano en Cristo


Jose Antonio.


 
 
 

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