Día del Padre
- Jose Martinez
- Jun 21, 2020
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Updated: Jun 23, 2020

Muchos de nosotros podemos decir que tenemos muchas memorias de buenos y malos momentos con nuestro padre, ya sea biológico o adoptivo. Sin embargo, el amor está por encima de las diferentes experiencias que hemos tenido con ellos.
En el tiempo de mi adolescencia una mañana mi papá, nos levantó muy temprano, nos llevó en su camioneta y en la caja traía muchos guantes y bates de béisbol, no sabíamos que quería hacer ya que nosotros jugábamos mas futbol que béisbol. El vestía el uniforme de jugador representando a la empresa donde trabajaba, incluso pensé que el jugaría, pero al llegar al lugar descubrí que era como un ayudante para el equipo para proveer todas las cosas para los jugadores. Yo no sabía que el necesitaba estar ahí por su trabajo, pero nos hizo el día divertido porque paseamos con él, el hizo todo lo posible por estar con nosotros y cumplir con su empresa.
No me importo que no jugara, para mí era la estrella por que sin él no se hubiera logrado ese juego, del partido ni me acuerdo, solo me concenté en mi padre, era un papá de muy pocas palabras, pero sus acciones fueron mi ejemplo para madurar en mi vida.
Cuando miro sus fotografías de cuando él era un líder de trabajadores (el que esta en el centro de la fotografía de blanco y negro) ayudando a sus compañeros, siempre me llena de inspiración; el siempre trató de ser mejor persona, él hablaba con su silencio y gestos más que con palabras, pero cuando el decidió dialogar más con sus hijos sus charlas eran muy interesantes. El no pudo terminar la escuela, pero tenía más conocimientos que muchos que van a la universidad, estudió de noche muchos años para darnos lo mejor a su familia; a veces me enojaba por qué no lo miraba, pero hasta que me di cuenta de lo que hacía por nosotros solo puede lograr admirarlo y amarlo.

El me enseñó a analizar la política durante su tiempo de líder de los trabajadores; estaba afiliado a un partido político al que más tarde renunciaría porque no quería dejarse envolver por la corrupción. Siempre observé su integridad como hombre que buscaba mejorar el bien común, tuvo muchas oportunidades para aprovecharse de su posición de trabajo, pero no lo hizo. Siempre luchó para mantener a su familia y lo hizo con mucho honor, sin robar o engañar a nadie. Una noche al llegar a casa de una fiesta familiar encontramos que habían entrado a robar, pero no fue un robo, estaban buscando un archivo contable en la empresa en la que él trabajaba; como él era administrador estaba investigando un fraude de uno de los administradores de la compañía. Esa experiencia me dio mucho miedo porque pensé que lo podrían matar. Sin embargo, él tuvo la valentía de enfrentar todo eso, me enseñó que la honestidad, enfrentar los desafíos y la paz es mucho mejor.
Él era un luchador en la vida y amaba mucho a su familia, pero la muerte de uno de sus hijos, uno de mis hermanos, el cuál falleció por una negligencia médica, fue un golpe muy duro que lo derrumbo, perder un hijo fue muy doloroso para él; me esforcé para entender por mucho tiempo porque se sumió en la tristeza, si no le había hecho mal a nadie, era un hombre íntegro, respetable, trabajador. Seguí dialogando con él pero no pudo salir de ese estado, no olvidó nunca ese episodio hasta el día que falleció, tal vez se culpó de algo, pero hoy que soy padre, no reprocho en nada lo que pasó por su mente al dejarse llevar por tristeza. Al contrario, lo sigo amando y recordando con cada acción que hago en este mundo.
Si usted tiene a su padre en casa, esté joven o mayor ámelo con todo, nunca será perfecto, acérquese a dialogar y a escucharlo, no diga la frase, “eso era en tus tiempos” escuche sus historias, sus alegrías, sus aventuras, diviértase con él mirando fotografías de momentos vividos juntos.
Una tarde de papá no debe ser solo un día, es de siempre, así como elevamos una oración a Dios todos los días, podemos darle una llamada, aunque sientas que te va quitar tiempo o te va a repetir lo mismo; una visitada, aunque esté de gruñón, acompañarlo, aunque esté en silencio, callado, o que no lo puedas mover del sillón de la sala. Que te diga a su manera como se tiene que prender el carbón para la carne asada, etc. Pero ese es nuestro padre que tenemos que amar.
Mi papá me dijo con sus acciones, después de renunciar al partido político, que no valía nada el poder que pudieras conseguir en esta vida, si no tienes una verdadera familia que te ame y dónde puedas usar ese poder para el bien común. Al mismo tiempo me mostró que el poder en una sola mano es “una bomba de tiempo” el poder debe estar balanceado. Esas fueron muchos de sus charlas meses antes de que enfermara y después falleciera. Lo que trató de decirme es que nunca perdiera de vista mi balance, que nunca me fuera a los extremos y no descuidara a mi familia.
Le doy gracias a Dios por la presencia de mi papá, porque me preparó para la vida, a su manera, con sus limitaciones y con su propia filosofía. Cuando murió, me acompañaba en aquel momento la que hoy es mi esposa, el falleció precisamente en el momento en que, leyendo un libro sobre la familia, planeábamos algo de nuestra boda, seguramente en su inconciencia escuchó, sintió que podía partir en paz; solo volteé y dije fue un honor ser tu hijo, descansa en paz, ve con nuestro Padre celestial.
Estemos presentes en la vida de nuestros padres y regresemos solo amor y alegría para ellos. Y dediquemos un feliz día, todos los días. Un abrazo y bendiciones a todos
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